Almudena y Miguel
Madrid, 3 de octubre de 2009.
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Un baile con terraza y jardín.
Fue una boda de mañana. Como es costumbre, después de la comida, vino el baile y la barra libre en un salón anexo al comedor. Hacía buen tiempo y aún era de día, así que para deleite de los invitados, montaron una segunda barra en el exterior, en un pórtico desde el que se podía acceder por un lado a la sala de baile, y por otro al maravilloso jardín de árboles centenarios dotado con sillas y pequeñas mesas.
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Me confieso una "bailonga", pero es de agradecer, sobre todo para los mayores, disponer de un espacio al aire libre tranquilo junto a la zona de baile, que invita a la conversación durante la primera copa. Si a eso le añades que la finca era preciosa, agradable y de aire señorial, el éxito está asegurado. Estoy convencida de que todo esto contribuyó a que los menos jóvenes disfrutaran durante alguna hora más de la celebración.
Madrid, 3 de octubre de 2009.
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Un baile con terraza y jardín.
Fue una boda de mañana. Como es costumbre, después de la comida, vino el baile y la barra libre en un salón anexo al comedor. Hacía buen tiempo y aún era de día, así que para deleite de los invitados, montaron una segunda barra en el exterior, en un pórtico desde el que se podía acceder por un lado a la sala de baile, y por otro al maravilloso jardín de árboles centenarios dotado con sillas y pequeñas mesas.
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Me confieso una "bailonga", pero es de agradecer, sobre todo para los mayores, disponer de un espacio al aire libre tranquilo junto a la zona de baile, que invita a la conversación durante la primera copa. Si a eso le añades que la finca era preciosa, agradable y de aire señorial, el éxito está asegurado. Estoy convencida de que todo esto contribuyó a que los menos jóvenes disfrutaran durante alguna hora más de la celebración.
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Fotografía del jardín y el porche en la finca de Soto de Mozanaque, Algete (Madrid), lugar dónde se celebró el enlace. Pertenece al Duque de Alburquerque que la alquila para fiestas privadas.
Fuente: velatecatering.com
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